El 90 por ciento de las personas mayores de 60 años presenta lentigos solares, pequeñas manchas marrones que son el resultado del daño solar acumulado a lo largo de los años. Su aparición se ha convertido en una de las principales consultas dermatológicas tras el verano, cuando la piel muestra los efectos de la radiación ultravioleta y la exposición prolongada al sol.
La doctora Victoria Jiménez, especialista de la Unidad de Medicina Estética del Hospital Quirónsalud Córdoba señala que “los lentigos solares son una manifestación muy común del foto envejecimiento cutáneo, pero pueden tratarse de forma eficaz con tecnología avanzada, logrando una piel más uniforme y luminosa”.
Estas lesiones benignas aparecen con mayor frecuencia en el rostro, el escote y el dorso de las manos, zonas más expuestas al sol. Aunque su incidencia crece con la edad, también pueden observarse en personas jóvenes con fototipos claros o que han tenido una exposición solar intensa sin protección adecuada.
El tratamiento más adecuado es la luz pulsada intensa (IPL), que actúa de forma precisa sobre la pigmentación sin dañar la piel circundante. “Se trata de un procedimiento rápido y cómodo, cuyos resultados comienzan a apreciarse a los pocos días. Es importante seguir unas pautas posteriores, como evitar la exposición solar directa y utilizar cosmética reparadora”, añade la especialista.
Además de los lentigos, el melasma es otra de las alteraciones pigmentarias más habituales. Esta hiperpigmentación crónica y recurrente afecta sobre todo a mujeres —entre un 14 y un 56 por ciento de las embarazadas, y hasta un 46 por ciento de las que toman anticonceptivos orales—, aunque también puede aparecer en hombres y mujeres no gestantes. En estos casos, la exposición solar, los cambios hormonales, el estrés o la predisposición genética son los principales factores desencadenantes.
Para su tratamiento, el Hospital Quirónsalud Córdoba cuenta con radiofrecuencia fraccionada con microagujas, una técnica que estimula la regeneración cutánea y permite aplicar principios activos despigmentantes de manera controlada. “El resultado es visible desde los primeros días, con una mejora notable en el tono y la textura de la piel”, afirma la doctora Jiménez.
La especialista subraya que el otoño es el momento ideal para reparar la piel tras los meses de mayor exposición solar. “La piel tiene memoria, y cada verano deja su huella. Actuar ahora permite prevenir el envejecimiento prematuro y recuperar la luminosidad natural del rostro”, concluye.
La doctora Victoria Jiménez, especialista de la Unidad de Medicina Estética del Hospital Quirónsalud Córdoba señala que “los lentigos solares son una manifestación muy común del foto envejecimiento cutáneo, pero pueden tratarse de forma eficaz con tecnología avanzada, logrando una piel más uniforme y luminosa”.
Estas lesiones benignas aparecen con mayor frecuencia en el rostro, el escote y el dorso de las manos, zonas más expuestas al sol. Aunque su incidencia crece con la edad, también pueden observarse en personas jóvenes con fototipos claros o que han tenido una exposición solar intensa sin protección adecuada.
El tratamiento más adecuado es la luz pulsada intensa (IPL), que actúa de forma precisa sobre la pigmentación sin dañar la piel circundante. “Se trata de un procedimiento rápido y cómodo, cuyos resultados comienzan a apreciarse a los pocos días. Es importante seguir unas pautas posteriores, como evitar la exposición solar directa y utilizar cosmética reparadora”, añade la especialista.
Además de los lentigos, el melasma es otra de las alteraciones pigmentarias más habituales. Esta hiperpigmentación crónica y recurrente afecta sobre todo a mujeres —entre un 14 y un 56 por ciento de las embarazadas, y hasta un 46 por ciento de las que toman anticonceptivos orales—, aunque también puede aparecer en hombres y mujeres no gestantes. En estos casos, la exposición solar, los cambios hormonales, el estrés o la predisposición genética son los principales factores desencadenantes.
Para su tratamiento, el Hospital Quirónsalud Córdoba cuenta con radiofrecuencia fraccionada con microagujas, una técnica que estimula la regeneración cutánea y permite aplicar principios activos despigmentantes de manera controlada. “El resultado es visible desde los primeros días, con una mejora notable en el tono y la textura de la piel”, afirma la doctora Jiménez.
La especialista subraya que el otoño es el momento ideal para reparar la piel tras los meses de mayor exposición solar. “La piel tiene memoria, y cada verano deja su huella. Actuar ahora permite prevenir el envejecimiento prematuro y recuperar la luminosidad natural del rostro”, concluye.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÓRDOBA
FOTOGRAFÍA: HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÓRDOBA








































